lunes, 25 de junio de 2007

Lo que ahora sé



Este fin de semana estuve con mucha gente, alguna que quiero y otra que no tanto. Y de verdad que no deja de sorprenderme la gente, tanto para bien como para mal.

El jueves en la noche salí de la oficina, me fui al gimnasio y luego me fui a casa de una muy querida amiga a platicar y a echar unas chelas. La verdad que la noche estuvo muy divertida, platicamos de muchas cosas, nos reímos, nos regañamos, en fin un chorro de cosas que no con todos los grupos de amigos tengo.

Me llevé buenas sorpresas ese día. Un amigo al que quiero mucho, tiene muchos problemas con el alcohol, no puede pasar un fin de semana sin que tome, porque si esto pasa siente que fue una gran pérdida de tiempo. Para mi sorpresa a la1:30 a.m. más o menos se fue porque no quería tener problemas en su casa (siendo de las personas que si agarra la peda puede no regresar en su casa por 3 días seguidos), lo cual me hizo sentir que sí puede ser un poco responsable cuando quiere.

Otra sorpresa que tuve fue que yo pensaba que al novio de mi amiga (la de la casa) no le caía del todo bien. Pero platicando el jueves con él creo que no podía estar más equivocado. Creo que sí le caigo bien y tenemos un poco más en común de lo que yo pensaba.

Descubrí que mi amiga, la dueña de la casa a la que fui, sí me hace caso y pone atención a las cosas que platicamos tanto por msn como por teléfono o la rara ocasión que nos veamos, eso me dio mucho gusto ya que a veces siento que mis cosas no les importan a los demás.

Me di cuenta de que mi amigo que se fue a vivir a Mérida nos extraña más de lo que nosotros creemos y más de lo que él acepta. Yo creo que allá se siente solo y no sabe como hacer para regresar al DF por lo difícil de la situación. Pero sí sé que fue igual de difícil tomar la decisión para irse a Mérida.

Me encontré el viernes a mi jefe en un bar y contrario a lo que yo pensaba está harto de trabajar aquí y sí le gusta lo que hace, pero cada vez se da más cuenta que aquí lo único que está haciendo es engordarle la cartera al dueño a costa de su salud y de su vida personal. Me confesó que no es feliz con la persona que está compartiendo su vida por las diferencias enormes e irreconciliables que tienen. Creo que la vida de mi jefe no es tan feliz como todos pensábamos que era, ahí sí veo que el dinero no da la felicidad (aunque cómo ayuda).

Si quieres que alguien te haga caso trátalo mal, no le llames, no le contestes, déjalo plantado e inventa planes cuando hayan quedado de verse. Verás que no podrá dejar de pensar en ti, igual con coraje o con ganas de domarte. Esta sí es una situación muy triste en la cual espero no estar nunca más.

Sentí que un amigo se ofendió conmigo porque no le quise dar un aventón de mi casa a Periférico y prefería pagarle la mitad del taxi hasta su casa, pero ya estoy aprendiendo a decir que no, y menos cuando me siento tan mal de la cabeza o del estómago. Ni modo espero la muina no le dure mucho tiempo porque nadie está obligado a hacerle favores a nadie.

Fui al teatro a ver “Hoy no me Puedo Levantar” y me di cuenta que me hubiera gustado ser actor de teatro, recibir los aplausos y cantar chingón.

La gente entre más veces dice que no le va a pasar cierta cosa, lo acaba atrayendo como por arte de magia.

No tenemos que ser buena onda con todos, a veces se vale ser mala onda y la verdad se siente bien el no tener que saludar a quien no quieres saludar, y menos poner cara de menso, como si te cayera bien el wey.

El sábado hay la peor programación en la TV de toda la semana, en todos los canales hay pura mierda.

Creo que los amigos que tengo en este momento son los amigos con los que quiero envejecer. Vendrán nuevos amigos pero ninguno tan importante como los que he hecho hasta ahorita. Adoro a la gente que me rodea hoy día y espero que mi relación con todos crezca.

A la gente con mala leche les va mal, la vida les cobra todo de una u otra manera, y descubrí que me da mucho gusto que a la gente que se lo merece le vaya mal.

jueves, 14 de junio de 2007

¡Que placer!

Ayer me fui a cenar con unos amigos, y platicando con uno de ellos, me dió un update de MH.

Me dijo que lo vió la semana pasada, que lo vió de lejos en Polanco. Me contó que está hecho una ballena, gordo como nadie, que la papada ya se le junta con el pecho, que está dado al traste. En general que se veía pésimo.

NO SABES QUE BIEN ME SENTÍ!!!!!!!

Está mal que me sienta contento con la mala apariencia de él, pero mentiría si dijera que me dió lástima.

Ojalá siga teniendo noticas de este tipo para poder disfrutar y darme cuenta que la vida sí te cobra lo que haces.

martes, 5 de junio de 2007

La Muerte del Palomo 4


Antes de leer esta entrada lee:
Pasó el tiempo, no supe de MH en un rato, hasta la fecha no he sabido que fue lo que hizo de su vida en esos meses. Yo me volví a apoyar en mis amigos y me recibieron con los brazos abiertos. Poco a poco les fui revelando parte de lo que pasó, me sinceré con ellos. Nunca les conté todo lo que pasé y viví en Cancún por pena, yo sentía que todo lo que había pasado era mi culpa.

Cuando llegó el momento de decirle a D la verdad tenía mucho miedo, no sabía como iba a tomar las cosas. Pasó lo que esperaba, le agarró mucho coraje a MH y nunca se lo pudo perdonar, hasta la fecha creo que le guarda un poco de resentimiento.

Durante esos meses que no supe nada de MH estuve muy bien, muy tranquilo, contento, acercándome a mis amigos, estudiando la carrera y haciendo nuevos amigos, pero al mismo tiempo lo extrañaba y pensaba en él, a veces me imaginaba lo que estuviera haciendo y me acordaba de los buenos momentos que habíamos tenido, no podía ni quería guardarle rencor.

Un día salimos mis amigos y yo a un bar, ahí me llevé la desagradable sorpresa de que MH estaba con sus amigos también. Cuando lo vi las piernas me fallaron, no podía caminar y se me bajó la presión, sentía que había visto un fantasma, alguien que creía nunca iba a volver a ver. Mi reacción inmediata fue irme o esconderme, mis amigos se dieron cuenta y me tranquilizaron, me dijeron que si me quería ir nos fuéramos todos a otro lugar, pero ya estaba cansado de esconderme. Me serví un trago y me dispuse a pasarla bien con o sin él en el mismo lugar. Tomé mucho y logré pasarla bien, nos salimos todos y no pasó nada con MH nunca nos topamos ni tuvimos contacto.

Pasó una semana, me parece, y sonó mi teléfono, era MH. Me dijo que quería verme, que quería platicar conmigo. Que me había visto en el bar y no se había atrevido a acercarse por todo lo que había pasado. Fui tan imbécil que le dije que estaba bien que nos viéramos.

Nos vimos para tomar un café y platicar, me contó de su familia, de sus amigos, de la universidad y me dijo que me extrañaba, como amigo o como lo pudiera ver pero que quería tener contacto conmigo. Le dije con toda sinceridad que no podía que él seguía en mis sentimientos y no podía cambiar las cosas de un día para otro. Le dije que la única forma de estar juntos era estando como habíamos estado, no como amigos, le dije que eso nunca funcionaba. Así que fue un ultimátum de mi parte, era un todo o nada. Sabía que estaba jugándome una carta muy, pero muy peligrosa, pero estaba cansado de dejarme llevar, tenía que tomar una decisión y saber que ya no quería nada conmigo, de sus labios, para poder sacarlo al 100% de mi vida.

Me llevé una gran sorpresa cuando me dijo que él quería lo mismo pero que no sabía como decirlo, que quería que estuviéramos juntos, que él no quería ser solo mi amigo y que se había dado cuenta de todos los errores. Me pidió que volviéramos y que nos diéramos una última oportunidad de intentarlo todo de nuevo. Accedí y volvió a empezar una relación parchada, remendada, una relación muy lastimada que no se podía pegar tan fácilmente.

Los primeros meses todo fue muy bien, no teníamos pleitos ni diferencias. Salíamos a cenar solos o con amigos, empezamos a volver a armar lo que se nos había roto.

Un día fui al super y me encontré a mi vecino, que éramos amigos desde chiquitos (era de mis amigos del club), me dijo que tenía que hablar conmigo, que era algo importante. Salimos del super y fuimos a mi casa a platicar, me preguntó que si yo andaba con MH y le dije que sí. Él me dijo que él había andado con HP (el vecino de MH) y que nos habían estado viendo la cara. Me dijo que MH y HP seguían teniendo una relación y que cuando él lo descubrió terminó su relación, pero que no quería que a mi me siguieran viendo la cara.

Otra vez me sentía destrozado, ¿cuántas veces me iba a mentir? ¿Porque quería hacerme daño? ¿Lo hacía apropósito? Llamé a MH y le dije que teníamos que hablar otra vez, ya estaba desgastado, cansado, lastimado una vez más. Cuando nos vimos le dije lo que mi vecino me había dicho, me dijo que era cierto, que había vuelto con él pero solamente durante el tiempo que nosotros no habíamos estado juntos, y que eso hizo que se diera cuenta lo que sentía por mi. Me suplicó que le creyera, que no me estaba mintiendo. Le creí una vez más (ya sé que estuvo mal, pero ¿cuántas veces uno perdona a la persona que ama?).

Llegó el día en el que cumplíamos 3 meses de haber vuelto, decidimos salir de antro con 2 amigas. Nos fuimos los 4, pedimos mes y botella y nos dispusimos a pasarla bien. Fue transcurriendo la noche y como a las 11 p.m. desapareció, se paró de la mesa y dijo que iba al baño, pasaron 30 ó 45 minutos y no regresaba, me paré y lo fui a buscar. Menuda fue mi sorpresa cuando lo vi platicando con un grupo de cuates, me acerqué y me dijo que me fuera a la mesa que en 10 minutos estaba de regreso. Me fui a la mesa y no regresó sino hasta después de 40 minutos más. Lo sentí extraño, no era el mismo conmigo, me dijo que las personas con las que estaba eran unos amigos que había conocido hacía pocos meses.

Pasaron los días y lo sentí cada vez más y más raro, más distante, no me contestaba su celular y si me contestaba era cortante y un tanto grosero. Yo ya no era el mismo mocoso estúpido que era hacía casi 2 años, ya sabía como reaccionaba en situaciones incómodas. Empecé a sospechar que estaba con alguien más.

Un día me le aparecí en su casa, sin preguntarle, lo quería agarrar en alguna mala jugada, pero no fue así. llegué, entré a su casa y le puse todas mis cartas sobre la mesa, le dije que no le creía que no estuviera con alguien más, que estaba cansado de vivir desconfiado o con miedo de decir cosas que lo molestaran, que yo ya no era feliz y que ahora era yo el que lo estaba cortando para siempre.

Ya no podía seguir en esa relación, me amargaba y no disfrutaba nada de lo que vivía, el vivir con la incertidumbre, el miedo al rechazo, las malas contestaciones, el que me dijera que iba a andar con alguien más. Aunque lo quería mucho tuve que darme mi lugar, tuve que terminar para siempre.

Cuando salí de su casa me sentí aliviado, me sentí liberado, sentí que el mundo me pertenecía y que todo el dolor que hubo se iba, se iba lejos a un lugar donde no pudiera volver.

Después de 2 meses tuve noticias de MH, había empezado una relación con uno de las personas con las que estaba en el antro, luego cambió a ese por otro y a final de cuentas lo acabaron dejando los dos. Se quedó solo, creo que era lo mejor que le podía pasar, no por venganza sino porque necesita aprender a querer a la gente por lo que es y no pisotearla y aprovecharse del cariño que le pueden llegar a tener.

Con toda esta experiencia me convertí en una persona desconfiada, dura. Juré que nunca me iban a hacer lo mismo, que no me iba a usar nadie, que nadie podría pisotearme nunca más. Basta de humillaciones y de sufrimientos de nena. Se me acabó creer en el amor, en que alguien me pueda querer desinteresadamente. No quiero tener una relación y menos sufrir por alguien más. Si mi destino es quedarme solo, lo asumo y soy responsable al 100% de ello. Para mi terminaron los cuentos de hadas, terminaron todos los sueños que tenemos cuando somos chicos.

Esto no se lo achaco a MH, tampoco él tiene todo el crédito, otras personas también tuvieron que ver en esta decisión, incluido yo obvio.

No sé si estoy muerto por dentro pero creo que sí estuve muy cerca de estarlo. No quiero darle nada a nadie que no sea amistad. No quiero volver a vivir lo que viví con MH, creo que merezco algo mejor.

A veces me preguntan que si sé algo de MH de su vida o algo, la verdad es que no, ni me interesa, todos los días paso en frente de lo que era su casa, porque ya la derrumbaron. Para mí esta muerto y enterrado aunque todos los 20 de junio (lo que sería nuestro aniversario) lo recuerdo y todos los 30 de marzo (su cumpleaños) pienso en él. No le deseo lo mejor, tampoco soy un santo, al contrario me gustaría que sufriera todo lo que me hizo sufrir, menos no se merece y sí, le guardo rencor, no lo puedo negar. Siempre que alguien me cuenta de él quiero que me diga que le está yendo muy mal que está en problemas o algo, pero no para ayudarlo, sino para saciar un poco esa sed de venganza que tengo y que nunca he podido calmar. La vida te lo va a cobrar MH, no yo.

Me da mucho miedo no poder volver a sentir lo mismo por alguien más y hasta la fecha no lo he conseguido, al contrario me he desquitado de lo que MH me hizo con gente que no tiene nada que ver.

A veces creo que lo sigo queriendo que volvería con él si me buscara e hiciera las cosas bien. Pero más que amor es un tipo de síndrome de Estocolmo, sigo sintiendo “amor” por mi captor, mi verdugo.

Se acabó desde hoy me olvido de ti MH, ya pasaste por mi vida dejando lo que tenías que dejar, ¡ahora déjame en paz! Y si para hacerlo necesito un exorcismo lo hago, ya no te quiero tener en la mente, ya pasaron más de 10 años y sigo pensando en ti o acordándome de ti, si no todos los días por lo menos sí una vez cada tercer día. Decreto que si bien no pueda llegar a querer a nadie como te quise a ti voy a volver a querer a alguien con la misma intensidad. Necesito volver a creer en la gente. Necesito que te salgas para siempre de mis recuerdos, necesito que todo esto que escribí me sirva para sacarte definitivamente de mí, necesito que emigres de todos mis recuerdos y mi mente.

Me mataste, mataste toda ilusión y esperanza que pude llegar a tener. Mataste mis ilusiones, se me fue mucho tiempo en llorar, desperdicié muchos años en ti. La muerte del palomo me quedó chica, te fuiste y quedé con esperanza de tu regreso que nunca llegó. Estoy cansado de sufrir y de achacártelo, ni si quiera mereces eso, llevarte todo el crédito. A diferencia del palomo no voy a morir de soledad ni te voy a agradecer los recuerdos.

Adiós MH ya no te necesito, soy más fuerte que tú y te voy a hundir en mi mente como si fueras una pesadilla. Tu recuerdo no me sirve de nada, sólo para acordarme del daño que me hiciste. Te aprovechaste de mí, me trataste como a tu peor enemigo, como si me odiaras, como si me hubiera merecido todo lo que me hiciste. Pero eso se acabó, ya no vives en mí, ya eres una persona más, y si puedo verte como un desconocido lo haré. Tu recuerdo queda en libertad para que alguien lo tome y lo guarde si quiere, a mí ya no me sirve, me aferré más de 10 años a él soñando que cambiarías y pudiéramos estar juntos como siempre quise, pero ya no quiero. Me arranqué las alas de cartón que me diste para volar, prefiero ester bien sobre la tierra que volando entre mentiras y sinsabores contigo. No vales la pena.

Estoy contento con este final, a final de cuentas salí ganado, conocí a mucha gente que si hubiera seguido contigo no hubiera conocido. Ahora me quiero más y sé lo que merezco, lo que necesito y lo que quiero, y tú no entras en ninguna de esas. Creo que te pude vencer, pude vencer todo el resentimiento que sembraste en mí, tu manera de desquitarte conmigo de lo que te habían hecho antes. Yo sé que tu plan no era hacerme daño, pero igual lo hiciste, solamente quiero que sepas que no me lograste vencer y que gracias a ti nadie podrá vencerme.

Encontré este pensamiento que se llama Adiós:

Hoy te he dicho adiós casi sin hablar, sin más despedidas.
Hoy le he dicho adiós a tu corazón, y ni se ha enterado.
Hoy he despedido tu cariño equivocado, tus abrazos apagados y tus besos sin sabor.
Hoy he decidido que amaré y que no es contigo, pues perdiste mi cariño y no sabes de dolor.
Hoy mi corazón gana intensidad en cada latido.
Hoy tu maldición ha quedado atrás no viene conmigo.
Hoy me he liberado de esperar lo inesperado, del deseo inacabado de que él fueras tú.
Hoy he comprendido que anduvimos dos caminos, tú en el tuyo, yo en el mió, ¿cuanto hará que fue el adiós?

Hasta nunca MH, ya no te necesito.

lunes, 4 de junio de 2007

La Muerte del Palomo 3

Antes de leer esta entrada lee:
La muerte del Palomo 1
La muerte del Palomo 2

Llegué a Cancún, con un nudo en el estómago por todo lo que había dejado atrás y todas las experiencias nuevas que me faltaban por vivir. Agarré un taxi y llegué a la dirección que MH me dio, era el lugar en el que íbamos a vivir durante los próximos meses. Era un cuartito con 2 camas individuales, un baño y un espacio donde pusimos una parrilla para calentarnos cualquier cosa. Pagamos la renta del mes, nos instalamos y fuimos al super a comprar cosas para comer.

Estuvimos 1 semana de “vacaciones” decidimos empezar a buscar trabajo después de ese tiempo, todavía nos quedaba gran parte del dinero que teníamos ahorrado. Llegaron 2 amigas con sus novios de vacaciones a Cancún y estuvimos con ellas 4 días en la playa, saliendo en la noche a cenar, de antro y varias cosas que nosotros 2 solos no hacíamos.

Empezamos a buscar trabajo pero no era tan fácil como creíamos, de todos lados a donde íbamos pedían experiencia y obvio no la teníamos. Pasaron los días y se nos empezó a acabar el dinero, nuestras comidas se limitaron a agua de la llave hervida, galletas Marías y de repente huevos revueltos. Aunque pareciera que estaba sufriendo la verdad es que dentro de mi desesperación por no conseguir trabajo estaba feliz de estar allá, y más feliz por la compañía.

Un día en un anuncio en el periódico vimos que en Mr. Papas se solicitaban meseros y garroteros. Fuimos y nos dijeron que no necesitábamos experiencia, solamente ganas de trabajar. A mí me pusieron en la cocina a recibir los platos usados, tirar la comida que los clientes no se comían y meter los platos y cubiertos en una especie de cajas de plástico para que las lavaran, habían mucho platos que me los llevaban casi con la comida sin probar, yo tenía tanta hambre que me llegué a comer lo que ya se iba a tirar a la basura, no sin antes meter en una bolsa de plástico camarones empanizados y verduras en una bolsita para MH que también tenía hambre pero a él lo habían puesto de host en la entrada para recibir a los clientes.

Como a las 10 de la noche en ese restaurante era costumbre que los meseros bailaran e hicieran una especie de show, me pusieron una máscara de Carlos Salinas de Gortari y me pusieron a bailar, ni modo, lo tenía que hacer para ganar un poco de dinero. Cuando los clientes se fueron era momento de recoger el restaurante, todo el equipo de meseros y demás nos pusimos a limpiar a MH y a mí nos dieron unos zacates de metal para limpiar unas manchas que había en la entrada de los baños, los agarramos y pues a darle duro a quitar esas manchas. Cuando estábamos limpiando le dije, oye ¿Tú crees que valga la pena quedarnos mas tiempo aquí? Esto de quitar estas manchas es una novatada, no se van a quitar nunca y yo ya estoy cansado, seguro nos van a tocar $20 a cada uno y no nos va a alcanzar para mucho, mejor ya vámonos y mañana vemos que podemos hacer.

Nos quitamos los mandiles que nos habían prestado, los colgamos y nos salimos, el dueño del restaurante nos dijo que si nos íbamos no nos iba a pagar nada, ni lo que nos correspondía de propinas ni el suelde de ese día. Le dije que no nos importaba que ya estábamos cansados y que se podía quedar con su trabajo.

Llegamos a la casa tristes y con hambre, sentimos que no habíamos hecho nada de provecho y que solamente habíamos perdido el día. Nos sentíamos mal y desesperados. Saqué de mi pantalón la comida que había guardado para MH y se la di. Después de que cenó nos dormimos esperando que al otro día tuviéramos más suerte.

El 24 de diciembre, vimos otro anuncio en el periódico que solicitaban gente para el Hotel Camino Real, fuimos por no dejar porque ya de varios hoteles nos habían dicho que para trabajar ahí necesitábamos experiencia. Llegamos y el capitán de botones nos entrevistó uno por uno, éramos como 8 personas esperando ser contratados, las vacantes eran 2 de bell boys y 1 de valet. Cuando fue mi turno pasé con el capitán y me hizo preguntas tanto personales como laborales, salí desesperanzado y seguro de que no me darían el trabajo. Una vez que el capitán entrevistó a todos, dijo que ya había escogido a los 2 que más le habían gustado, MH y yo nos sentamos separados para que no vieran que íbamos juntos ni que nos conocíamos. Cuando nos llamó a las 3 personas que le habíamos gustado para los puestos ¡no lo podíamos creer! Nos escogió a MH y a mí como bell boys y a otro cuate para valet.

Salimos felices, era el mejor regalo de Navidad que había recibido en la vida, ya íbamos a poder pagar la renta, comer bien y pagar nuestro boleto de avión de regreso cuando lo tuviéramos que hacer. En la noche fuimos a pasar la Navidad con la tía y primas de MH, pudimos comprar algo para llevar de regalo y ellas compraron regalos para todos, ¡hasta a mi me tocó regalo! Fue una cena divertida, diferente y sirvió para distraernos de todo lo malo o difícil que había sido hasta ese momento nuestra estancia en Cancún, ya que estábamos teniendo muchas peleas y cada vez eran más frecuentes, la dueña de la casa donde nos quedábamos no nos quería mucho y cuando la veíamos nos recibía con malas caras, la verdad que no se porque le caíamos tan mal, ya que no hacíamos ruido, ni poníamos música fuerte, ni hacíamos fiestas, el chiste es que no nos soportaba.

Empezamos a trabajar y a hacernos amigos de los otros bell boys, yo llevaba una relación excelente con todos y MH más o menos ya que él es una persona más difícil de carácter que yo. El día de año nuevo me tocó el turno nocturno y trabajé de 10 pm a 7 am. Pero la verdad que no me quejé, con tener trabajo estaba contento. Llegó mucha gente en la madrugada algunos borrachos, otros no tanto, hubo un gringo que llegó solo, en taxi y no se podía bajar. Lo tuve que ayudar y subirlo a su cuarto, cuando llegamos abrí la puerta y lo senté en la cama, le pregunté q si necesitaba algo más y sacó de su bolsa del pantalón billetes, me dijo que me los regalaba si me quedaba con él esa noche, yo calculo que eran como 300 dólares, pero le dije que no. Me dijo que quería compañía y que por favor me quedara con él, le repetí que no podía porque estaba trabajando y porque no era de ese tipo de personas. Me di la media vuelta y me salí del cuarto.

Al día siguiente, en la casa, le conté a MH lo que había sucedido con el gringo y me dijo que hubiera tomado el dinero y me hubiera quedado con él. Me enojé mucho por su comentario, estaba sugiriéndome que me prostituyera. Él me dijo que él si lo hubiera hecho por ese dinero, que yo era muy tonto porque siempre lo había tenido todo y que era un niño consentido y caprichoso. Me dijo cosas horribles que ni vale la pena recordarlas, pero me hizo sentir muy mal. Al verme débil o triste o no se como estaba en ese momento, me aventó a la cama y me dijo que mejor me regresara a mi casa que era un tonto y que no estaba hecho para una vida así, que ya no quería que estuviera con él allá. Me hizo llorar y lo disfrutó, ya no me quería ahí con él. Me dijo que me tenía coraje porque yo tenía buena relación con todos los bell boys y que a mí me invitaban a sus fiestas y a él no, me dijo que él no podía estar con alguien que lo opacara, que lo hiciera sentir menos. Me humilló hasta que se cansó, (esta parte la tengo medio bloqueada, no la puedo recordar del todo, pero voy a describir más e menos lo que pasó) después me aventó a la cama, me empezó a besar y me quitó la ropa. Me dijo que solamente quería estar conmigo y con nadie más. Se convirtió en una guerra de poderes y cuando menos me di cuenta él estaba dentro de mí, yo no quería pero el peso de su cuerpo sobre el mío no me dejaba moverme, yo solamente recuerdo decirle que no quería y no le importó, usó su fuerza y su tamaño (mide 1.90 y yo 1.70) para hacer conmigo lo que quiso, abusó de mi y cuando acabó, se puso el pantalón y se fue a la calle. Me dejó destrozado, no sabía que hacer lloré mucho, como nunca, cerraba los ojos y lo único que veía era mi casa y mi cama, ya quería estar ahí.

Pasaron los días y nuestra relación fue peor cada vez, ya no sabía que hacer, no le podía perdonar lo que me había hecho pero tampoco quería vivir con rencores hacia la persona que más quería. Empecé a salir más con los otros bell boys ya que no quería llegar a la casa y estar con él a solas mucho tiempo, me daba miedo. Él se dio cuenta que algo no estaba bien y habló en alguna ocasión conmigo, me dijo que lo de ese día había sido un error, que él no quería hacerlo pero que se había convertido en un animal, que lo perdonara por favor. Lo perdoné e intenté sacarlo de mi mente.

Tuvimos muchos más pleitos en lo que restaba de mi estancia en Cancún, casi diario nos peleábamos o por lo menos discutíamos. Yo entraba a la escuela el 3 de febrero y fui a una agencia de viajes, con el poco dinero que pude ahorrar compré mi boleto de regreso a México. Una vez que lo tenía en la mano fui con MH y le dije que me iba el 1 de febrero, situación que agradeció, ya no quería que yo estuviera ahí con él. Me dijo que él regresaba en abril o mayo y que no quería saber nada de mí, que esos meses que estuviéramos separados no lo buscara porque no me iba a atender y que él tampoco iba a buscarme. Puse cara de palo y le dije “como quieras”.

Regresé y no lo busqué, entré a la escuela y me empecé a distraer con otras cosas, empecé a hacer nuevos amigos y a frecuentar a los viejos que los tenía tan descuidados por esos últimos 6 meses de locos que había vivido.

El día del cumpleaños de MH (30 de marzo) le llamé para felicitarlo, hablé al hotel, me contestó “El Capi” y lo saludé me dijo que me extrañaban mucho que ojala todo fuera bien en mi casa y en mis estudios, que regresara cuando quisiera a saludarlos, de una manera escueta le pregunté por MH y me dijo que iba a ver donde estaba porque igual había salido a comer, a los 30 segundos me comunicó y contestó MH, se me secó la boca y empecé a temblar, no pude hablar, dijo, Eres tú K?, y al fin pude articular palabra, le dije que sí que lo felicitaba por su cumpleaños que perdón por romper el pacto de no hablarle pero que lo quería felicitar y saber como estaba. Me dijo que no le podía dar más gusto escuchar mi voz, que me extrañaba y que sentía mucho lo que había pasado que había sido un tonto y que ya quería regresar a verme, que quería estar conmigo toda la vida y se acababa de dar cuenta. Me dijo que regresaba en abril para hacer su examen de admisión de la universidad y que el mero día que llegara me quería ver. Me puse feliz, le dije que yo lo recogía en el aeropuerto y lo llevaba a su casa.

Llegó abril y con éste llegó MH, no fui por él al aeropuerto ni lo vi el día que regresó como me había prometido. Lo vi 3 días después porque había estado haciendo muchas cosas en su casa y con sus papás. Cuando nos vimos todo pasó tan rápido, que no me acuerdo mucho como pasaron las cosas. Nos vimos con mucho gusto, pero nos vimos como amigos, yo ya no podía confiar en que me quisiera, ya me había hecho mucho daño. Me pidió otra oportunidad, quería demostrarme que no era como se había portado conmigo. Le dije que estaba bien, que lo siguiéramos intentando.

Pasaron los días y la cosa fue bien, sin altas ni bajas, más bien plano. Nos veíamos poco y si nos veíamos él estaba de mal humor, como si no quisiera estar conmigo. A finales de mayo, me dijo que si podía pasar por él, que teníamos que platicar. Pasé por él y fuimos a tomar un café a Sanborns, ahí me dijo que la gente (no se quienes todavía) estaba empezando a sospechar que teníamos una relación más allá que de amigos y que él no quería que nadie supiera, entonces que lo mejor sería terminar porque él planeaba hacerse novio de una amiga. Le supliqué que no lo hiciera que no iba a poder soportar verlo con alguien más y menos besándose, le dije que yo no lo podía compartir, que quería que estuviera conmigo nada más. Me dijo que me amaba y que yo era el dueño de su corazón que no me preocupara que él iba a volver a estar conmigo. Que caro pagaría creerle todas estas cosas.

A finales de mayo, es cumpleaños de D, ya hacía un año que conocía a MH y mi vida había cambiado como nunca. Salimos a bailar para festejar su cumpleaños. MH estaba platicando con nuestros amigos en común pero a mi no me dirigía la palabra, como si no nos conociéramos. De repente vi que MH y D se estaban besando, se me partió el corazón. D llegó conmigo y me dijo que ya era novia de MH que estaba contenta y que esperaba que todo saliera padre le dije que mucha suerte y que me tenía que ir. No podía soportar verlos besarse, mi mejor amiga y la persona que más había querido en el mundo. Me fui y MH corrió tras de mí. Me pidió que no me fuera, que si yo no estaba él no era fuerte y no se sentía a gusto con los demás. Le dije que se quedara con su novia y que ella iba a poder darle la fortaleza que necesitaba, que yo ya me iba a mi casa. Me apretó el brazo tan duro que me lastimó, le dije que me soltara y me fui del lugar a mi casa. Me volví a sentir herido, engañado, me sentí como basura, desechable, reemplazable, un imbécil completo.

No supe de MH en 2 semanas, llamaba a mi casa y no le contestaba. A mi mama le pedí que no me lo pasara, me negué 2 semanas. Un día, iba a la universidad y MH me estaba esperando en la calle, me dijo que necesitaba hablar conmigo, que no podía dejarlo así, que por favor volviera con él que había vuelto a hacer una estupidez y que no la quería pagar perdiéndome. Volví a caer en su juego, le dije que si no cortaba a D conmigo no podía estar porque ella era mi mejor amiga y yo no le podía hacer eso a lo que accedió. A las 2 semanas cortó con D y volvimos a estar juntos justo el día que cumplíamos 1 año. Para festejar nuestro primer aniversario renté un cuarto de hotel, en el cual nos íbamos a quedar a dormir. Lo arreglé y esperé el momento en el cual MH llegara para poder estar juntos. Llegó casi con 2 horas de retraso y me dijo que no se podía quedar que tenía que llegar a su casa en media hora, eso significaba que ya se tenía que ir porque el hotel estaba a 20 minutos de nuestras casas. Le pedí que no se fuera, que eso era más importante que lo que tenía que llegar a hacer a su casa. Se sentó conmigo, se tomó una copa de champaña, me dio un beso y se fue, me dijo, lo siento tengo algo que hacer y no lo puedo cancelar, te veo mañana.

Se fue y me quedé como estúpido viendo la puerta durante 10 minutos, no podía creer que fuera tan insensible y tan poco considerado con mis sentimientos. Cogí lo que había llevado y me salí del hotel. Llegué a mi casa y lloré otra vez, ya me estaba acostumbrando a sentirme poco importante y a decirme que era un imbécil.

Pasaron como 5 días y no supe nada de él y yo no quise marcarle, estaba muy lastimado y no sabía para donde iban las cosas. Me sentí desesperado y en alguna ocasión me pasó por la mente el suicidio pero nunca cómo hacerlo. La situación se estaba volviendo insostenible todo el día estaba triste y lloraba a la menor provocación, en el coche lloraba sin una razón, en la escuela en 2 ocasiones me tuve que salir de clase para irme al coche a llorar. ¿Por qué la vida me había cambiado tanto? ¿Por qué estaba sufriendo tanto si apenas hacía un año era la persona más feliz del mundo?

Al fin MH me llamó y nos vimos. Platicamos en el coche y me dijo que ya lo nuestro no podía ser que no estaba contento conmigo, que ya no lo hacía feliz así que las cosas tenían que terminar “antes de lastimarnos”, imbécil, pensé, si supieras todo lo que ya me has lastimado. Se bajó de mi coche en su casa y yo manejé y manejé y manejé, no sabía a donde iba, las lágrimas me nublaban los ojos, el nudo en la garganta no me dejaba hablar ni respirar bien, el coraje no me dejaba pensar con claridad y cuando me di cuenta estaba llegando al centro de Toluca, no se como llegué ahí, volví a manejar al DF y fui a mi casa.

Juré que MH no me iba a volver a lastimar, que me tenía que cuidar y hacer fuerte para cuando lo volviera a ver (cosa que no iba a tardar mucho) que ya no podía seguir llorando, así que juré que esa era la última lágrima que le lloraba. Pasara lo que pasara no iba a permitir que me hiciera daño otra vez. Ya no me iba a cegar el amor que le tenía, necesitaba alimentarme de algo, necesitaba buscar algo más, resguardarme en algo bueno, algo que me pudiera ayudar. ¿Que mejor que mis amigos? Pero, ¿Cómo podía acercarme a ellos otra vez? Los había descuidado mucho tiempo, además de que tenía que decirles la verdad, ¿cómo podía decirle a D lo que había pasado sin lastimarla ni herir su orgullo?

Ni modo esa era la vida que había escogido y era la vida que tenía que vivir, ya no había cabida para una vuelta en U solamente para adelante. Fue lo que hice hasta que MH volvió a aparecer en mi camino 3 meses después.