Últimamente me dan ganas de renunciar, de salir corriendo de la oficina para siempre. ¿En qué momento mi vida se convirtió en la de una hormiga o la de una abeja obrera? ¿Por qué dejé de ser un niño y volverme responsable? Ahora entiendo a mi papá cuando decía que preferiría volver a ser niño, la neta es que la vida de adulto apesta.
El trabajo, como dicen es un mal necesario, y aunque aveces me gustaría ser workaholic no puedo dejar de aceptar que me gusta mucho tener vida después del trabajo, poder ir al gimnasio, ir a con algún amigo al cine o a cenar, salir a tomar unos drinks, en fin vida social, cosa que mi jefe, y muchas de las personas que conozco, ya no tienen. Traen su Blackberry para todos lados y desde el cine, fiesta, cena o hasta en el bar están contestando mails como si la oficina se fuera a venir abajo. Claro, de lo que no se acuerdan es de que cuando dejamos de ser útiles en las oficinas o cuando encuentran a alguien que hace lo mismo que nosotros, sin la experiencia y por la mitad del sueldo que nos dan una patada en el culo y todo lo que dejamos de hacer de nuestra vida personal nadie nos lo paga.
Creo que estoy viviendo la crisis de los 30, me pegó casi un año atrasada pero me pegó al fin. Yo creo que por eso no había escrito nada en mi blog, no me siento con el corazón ni con las ganas de escribir nada.
Todo empezó cuando una amiga y yo decidimos salirnos de nuestras casas y compartir un departamento. Estuvimos buscando en el periódico y fuimos a ver un par de ellos. Yo ya estaba viendo como pagar mis deudas para poder comprar refrigerador, sala, comedor, lavadora de ropa, secadora, en fin para lo que me alcanzara y lo que se necesitara en el departamento.
A final de cuentas mi amiga se echó para atrás porque prefiere irse a estudiar una maestría a España, me dijo que me fuera con ella pero no me alcanza la lana para irme.
Esta situación me trajo varios pensamientos que me llevaron o me están llevando a caer en la desesperación y frustración. Veo como muchos de mis amigos están haciendo cosas que tenían planeadas, salirse de casa de sus papás, comprar departamento, irse de maestría, encontrar el trabajo de sus sueños, poner un negocio, ahorrar, casarse, tener hijos, etc.
Muchos de esos planes o metas las quería yo alcanzar, por lo menos alguna, para cuando tuviera 30 años. En este momento veo mi vida y me doy cuenta que no solo no he logrado ninguna de las anteriores sino que todo el dinero, mucho o poco, que he ganado en mi vida me lo he tronado en pura pendejada, que si en el viaje, en DVD, en CD, en ropa, en borracheras con los amigos, en borracheras con la familia, en antros, en bares, en comidas, en cenas, en fin en pura cosa que no creo que necesitaba y bien ahorita podría estar haciendo algo con ese dinero si no lo hubiera gastado en estupideces.
Ahora me siento como un fracasado, como si no hubiera hecho nada en estos 30 años que llevo viviendo ni en los 10 que llevo trabajando. Sigo viviendo en casa de mi mamá, el trabajo en el que estoy me gusta pero a mi jefe lo soporto cada minuto menos, no me puedo largar a estudiar una maestría, diplomado o especialidad porque me da miedo irme vendiendo mi coche y regresar con nada, con una mano atrás y la otra a delante. Me da coraje ser tan cobarde y no poder correr el riesgo de irme y jugarme todo. Enfrentar la vida como viene y arriesgarme a que me vaya mejor o peor.
En estos momento estoy en mi zona de confort y no quiero dejarla, no me siento lo suficientemente capaz de hacerlo, no sé si mi problema sea que no confío en mí o que tal vez no tenga ese espíritu “Cristóbal Colón”, de aventurero y de poder dejar todo atrás y enfrentar la vida como viene.
No sé si quiero seguir trabajando en donde estoy, creo que varias discusiones con mi jefe ya me han llegado a la médula, me han herido el orgullo. Odio estar yendo a esa oficina diario, ya no voy con ganas, no me esfuerzo en hacer las cosas bien o saber porque las hago, simplemente las hago y ya. Creo que un buen principio será saber que quiero hacer de mi vida, si me quiero salir de casa de mi mamá entonces tendré que quedarme trabajando en donde estoy por lo menos hasta que encuentre otro trabajo o me atreva y ponga algo mío.
Es muy fácil quejarse, yo lo sé conozco a mucha gente que lo único que hace es quejarse y no poner un remedio a su problema, no me quiero convertir en uno de ellos. Y creo que lo mejor será tomar una decisión, así crea que es la peor que puedo estar tomando, pero ni modo, como dicen “al toro por los cuernos”.
Quiero seguir pensando las cosas porque en el trabajo la paso muy bien, he aprendido mucho, varios de mis compañeros ya son mis amigos, puedo llegar a crecer en esta empresa.
Creo que lo mejor sería tomarme unos días de vacaciones, pensar bien lo que quiero y no tomar decisiones precipitadas.
No sé si esta entrada esté un poco revuelta, contradictoria o poco entendible, pero así fue como se fue armando y decidí publicarla así. Tal vez poco a poco la vaya puliendo un poco pero de entrada así me gustó subirla.
2 comentarios:
Estimado Sr. K.:
Qué te digo que no te haya dicho ya? Comparto contigo el sentimiento pero lo que sí no comparto es que seas un fracasado o un perdedor. Eso sí que no. Nomás venía a decirte lo que te dije por teléfono el otro dia:
- No te angusties de más
- Trata de resolver poco a poco, no todo de jalón
- No eres un perdedor
- La decisiones que tomes tiene que hacerlas consciente de que tendrán su propia dosis de responsabilidad
- Tus amigos estamos para apoyarte siempre
- Lo que nos da miedo de tomar esas decisiones fuertes desaparece casi en el momento en que las tomamos
- Decidas lo que decidas, estoy para ti
- Te quiero MUCHO
Mr K. No se preocupe, a todos nos pega esa crisis. Yo esoy en las mismas pero lo que dice la señorita del olimpo es muy cierto. De perdedor no tienes nada.
Creo que una mayor parte de todo es que no estamos nunca conformes con lo que tenemos.
besos
Publicar un comentario