Me da miedo conocerte, descubrirte. Me da mucho miedo volver a querer y no ser correspondido. ¿Cómo poder estar contigo si no estás aquí? Te conozco muy poco y pienso en ti todo el día. Despierto y me sorprendo al darme cuenta de que eres lo primero en lo que pienso y lo último antes de dormir, me da pavor.
No quiero caer otra vez, necesito ser fuerte y sacarte de mi cabeza. No sé si sea demasiado tarde y en verdad esté enamorado de ti, espero que no, no quiero llevarme otro chasco, no me gustaría.
¿Cómo puedo saber que sientes lo mismo que yo? Y si no lo sientes ¿cómo hacer que lo sientas? Te quiero aquí, no quiero que pase un solo día sin verte, sin hablar contigo, sin tener noticias tuyas, sin darte las buenas noches. Cuando estoy cerca de ti me estremezco, me dan muchas ganas de salir corriendo, de no querer saber de ti, de alejarme definitivamente, de matar este sentimiento que está naciendo y me tiene aterrado, pero al mismo tiempo quiero quedarme e imaginarme que no eres de nadie más.
Que te quedes conmigo una noche, es algo que me emociona, me mueve, me paraliza, pero que no lo hagas me deja un vacío enorme que solamente lo puedo llenar durmiendo y soñando en que esto que siento es correspondido, pero sé que no es así. Por nuestras pláticas sé que sigues amando a alguien y está bien, tal vez llegué tarde a tu vida, pero no me importa, con ser tu amigo no sé si me conformo, con formar parte de tu vida me siento feliz.
Mis amigos me dicen que me aviente, que el que no arriesga no gana, que te diga lo que siento y espero de ti, pero simplemente no puedo, me da horror perdeerte. Esta carta no creo que la vayas a leer, solamente está escrita para mí, para recordarme en un futuro que el corazón no lo tengo de piedra aún, que todavía puedo llegar a querer como hace tiempo hice.
Es hora de terminar esta ansiedad que me llevó a escribirte, con los sueños que podría llegar a tener cuando no estás conmigo. Te quiero y creo que te voy a seguir queriendo durante mucho tiempo. Te dejo un cachito de mi corazón para que vivas en él el tiempo que quieras y cuando te quieras salir lo hagas sin remordimiento.
Espero que el tiempo me demuestre que estoy mal y que puedo volver a enamorarme, de ti o de alguien como tú. Si te llegas a enamorar de alguien en el camino, no tendré otra opción que apoyarte y quererte como te mereces. Espero poder tener pronto la fuerza para decirte la verdad, antes de que se convierta en dolor, decirte mi verdad, lo que siento y tal vez tener la esperanza de que me veas de otra manera.
"Siempre los cariñitos me han parecido una mariconés, y ahora hablo contigo en diminutivo con nombres de pastel"
Gracias por haberme hecho sentir otra vez.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Vas, vas, vas!!
Ciertamente debemos encarar, es la única forma de superar, de avanzar. Pero se encara cuando la mente tiene todo entendido, madurado y sobre todo bajo control... ;)
Publicar un comentario