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Antes de leer esta entrada lee:
Pasó el tiempo, no supe de MH en un rato, hasta la fecha no he sabido que fue lo que hizo de su vida en esos meses. Yo me volví a apoyar en mis amigos y me recibieron con los brazos abiertos. Poco a poco les fui revelando parte de lo que pasó, me sinceré con ellos. Nunca les conté todo lo que pasé y viví en Cancún por pena, yo sentía que todo lo que había pasado era mi culpa.
Cuando llegó el momento de decirle a D la verdad tenía mucho miedo, no sabía como iba a tomar las cosas. Pasó lo que esperaba, le agarró mucho coraje a MH y nunca se lo pudo perdonar, hasta la fecha creo que le guarda un poco de resentimiento.
Durante esos meses que no supe nada de MH estuve muy bien, muy tranquilo, contento, acercándome a mis amigos, estudiando la carrera y haciendo nuevos amigos, pero al mismo tiempo lo extrañaba y pensaba en él, a veces me imaginaba lo que estuviera haciendo y me acordaba de los buenos momentos que habíamos tenido, no podía ni quería guardarle rencor.
Un día salimos mis amigos y yo a un bar, ahí me llevé la desagradable sorpresa de que MH estaba con sus amigos también. Cuando lo vi las piernas me fallaron, no podía caminar y se me bajó la presión, sentía que había visto un fantasma, alguien que creía nunca iba a volver a ver. Mi reacción inmediata fue irme o esconderme, mis amigos se dieron cuenta y me tranquilizaron, me dijeron que si me quería ir nos fuéramos todos a otro lugar, pero ya estaba cansado de esconderme. Me serví un trago y me dispuse a pasarla bien con o sin él en el mismo lugar. Tomé mucho y logré pasarla bien, nos salimos todos y no pasó nada con MH nunca nos topamos ni tuvimos contacto.
Pasó una semana, me parece, y sonó mi teléfono, era MH. Me dijo que quería verme, que quería platicar conmigo. Que me había visto en el bar y no se había atrevido a acercarse por todo lo que había pasado. Fui tan imbécil que le dije que estaba bien que nos viéramos.
Nos vimos para tomar un café y platicar, me contó de su familia, de sus amigos, de la universidad y me dijo que me extrañaba, como amigo o como lo pudiera ver pero que quería tener contacto conmigo. Le dije con toda sinceridad que no podía que él seguía en mis sentimientos y no podía cambiar las cosas de un día para otro. Le dije que la única forma de estar juntos era estando como habíamos estado, no como amigos, le dije que eso nunca funcionaba. Así que fue un ultimátum de mi parte, era un todo o nada. Sabía que estaba jugándome una carta muy, pero muy peligrosa, pero estaba cansado de dejarme llevar, tenía que tomar una decisión y saber que ya no quería nada conmigo, de sus labios, para poder sacarlo al 100% de mi vida.
Me llevé una gran sorpresa cuando me dijo que él quería lo mismo pero que no sabía como decirlo, que quería que estuviéramos juntos, que él no quería ser solo mi amigo y que se había dado cuenta de todos los errores. Me pidió que volviéramos y que nos diéramos una última oportunidad de intentarlo todo de nuevo. Accedí y volvió a empezar una relación parchada, remendada, una relación muy lastimada que no se podía pegar tan fácilmente.
Los primeros meses todo fue muy bien, no teníamos pleitos ni diferencias. Salíamos a cenar solos o con amigos, empezamos a volver a armar lo que se nos había roto.
Un día fui al super y me encontré a mi vecino, que éramos amigos desde chiquitos (era de mis amigos del club), me dijo que tenía que hablar conmigo, que era algo importante. Salimos del super y fuimos a mi casa a platicar, me preguntó que si yo andaba con MH y le dije que sí. Él me dijo que él había andado con HP (el vecino de MH) y que nos habían estado viendo la cara. Me dijo que MH y HP seguían teniendo una relación y que cuando él lo descubrió terminó su relación, pero que no quería que a mi me siguieran viendo la cara.
Otra vez me sentía destrozado, ¿cuántas veces me iba a mentir? ¿Porque quería hacerme daño? ¿Lo hacía apropósito? Llamé a MH y le dije que teníamos que hablar otra vez, ya estaba desgastado, cansado, lastimado una vez más. Cuando nos vimos le dije lo que mi vecino me había dicho, me dijo que era cierto, que había vuelto con él pero solamente durante el tiempo que nosotros no habíamos estado juntos, y que eso hizo que se diera cuenta lo que sentía por mi. Me suplicó que le creyera, que no me estaba mintiendo. Le creí una vez más (ya sé que estuvo mal, pero ¿cuántas veces uno perdona a la persona que ama?).
Llegó el día en el que cumplíamos 3 meses de haber vuelto, decidimos salir de antro con 2 amigas. Nos fuimos los 4, pedimos mes y botella y nos dispusimos a pasarla bien. Fue transcurriendo la noche y como a las 11 p.m. desapareció, se paró de la mesa y dijo que iba al baño, pasaron 30 ó 45 minutos y no regresaba, me paré y lo fui a buscar. Menuda fue mi sorpresa cuando lo vi platicando con un grupo de cuates, me acerqué y me dijo que me fuera a la mesa que en 10 minutos estaba de regreso. Me fui a la mesa y no regresó sino hasta después de 40 minutos más. Lo sentí extraño, no era el mismo conmigo, me dijo que las personas con las que estaba eran unos amigos que había conocido hacía pocos meses.
Pasaron los días y lo sentí cada vez más y más raro, más distante, no me contestaba su celular y si me contestaba era cortante y un tanto grosero. Yo ya no era el mismo mocoso estúpido que era hacía casi 2 años, ya sabía como reaccionaba en situaciones incómodas. Empecé a sospechar que estaba con alguien más.
Un día me le aparecí en su casa, sin preguntarle, lo quería agarrar en alguna mala jugada, pero no fue así. llegué, entré a su casa y le puse todas mis cartas sobre la mesa, le dije que no le creía que no estuviera con alguien más, que estaba cansado de vivir desconfiado o con miedo de decir cosas que lo molestaran, que yo ya no era feliz y que ahora era yo el que lo estaba cortando para siempre.
Ya no podía seguir en esa relación, me amargaba y no disfrutaba nada de lo que vivía, el vivir con la incertidumbre, el miedo al rechazo, las malas contestaciones, el que me dijera que iba a andar con alguien más. Aunque lo quería mucho tuve que darme mi lugar, tuve que terminar para siempre.
Cuando salí de su casa me sentí aliviado, me sentí liberado, sentí que el mundo me pertenecía y que todo el dolor que hubo se iba, se iba lejos a un lugar donde no pudiera volver.
Después de 2 meses tuve noticias de MH, había empezado una relación con uno de las personas con las que estaba en el antro, luego cambió a ese por otro y a final de cuentas lo acabaron dejando los dos. Se quedó solo, creo que era lo mejor que le podía pasar, no por venganza sino porque necesita aprender a querer a la gente por lo que es y no pisotearla y aprovecharse del cariño que le pueden llegar a tener.
Con toda esta experiencia me convertí en una persona desconfiada, dura. Juré que nunca me iban a hacer lo mismo, que no me iba a usar nadie, que nadie podría pisotearme nunca más. Basta de humillaciones y de sufrimientos de nena. Se me acabó creer en el amor, en que alguien me pueda querer desinteresadamente. No quiero tener una relación y menos sufrir por alguien más. Si mi destino es quedarme solo, lo asumo y soy responsable al 100% de ello. Para mi terminaron los cuentos de hadas, terminaron todos los sueños que tenemos cuando somos chicos.
Esto no se lo achaco a MH, tampoco él tiene todo el crédito, otras personas también tuvieron que ver en esta decisión, incluido yo obvio.
No sé si estoy muerto por dentro pero creo que sí estuve muy cerca de estarlo. No quiero darle nada a nadie que no sea amistad. No quiero volver a vivir lo que viví con MH, creo que merezco algo mejor.
A veces me preguntan que si sé algo de MH de su vida o algo, la verdad es que no, ni me interesa, todos los días paso en frente de lo que era su casa, porque ya la derrumbaron. Para mí esta muerto y enterrado aunque todos los 20 de junio (lo que sería nuestro aniversario) lo recuerdo y todos los 30 de marzo (su cumpleaños) pienso en él. No le deseo lo mejor, tampoco soy un santo, al contrario me gustaría que sufriera todo lo que me hizo sufrir, menos no se merece y sí, le guardo rencor, no lo puedo negar. Siempre que alguien me cuenta de él quiero que me diga que le está yendo muy mal que está en problemas o algo, pero no para ayudarlo, sino para saciar un poco esa sed de venganza que tengo y que nunca he podido calmar. La vida te lo va a cobrar MH, no yo.
Me da mucho miedo no poder volver a sentir lo mismo por alguien más y hasta la fecha no lo he conseguido, al contrario me he desquitado de lo que MH me hizo con gente que no tiene nada que ver.
A veces creo que lo sigo queriendo que volvería con él si me buscara e hiciera las cosas bien. Pero más que amor es un tipo de síndrome de Estocolmo, sigo sintiendo “amor” por mi captor, mi verdugo.
Se acabó desde hoy me olvido de ti MH, ya pasaste por mi vida dejando lo que tenías que dejar, ¡ahora déjame en paz! Y si para hacerlo necesito un exorcismo lo hago, ya no te quiero tener en la mente, ya pasaron más de 10 años y sigo pensando en ti o acordándome de ti, si no todos los días por lo menos sí una vez cada tercer día. Decreto que si bien no pueda llegar a querer a nadie como te quise a ti voy a volver a querer a alguien con la misma intensidad. Necesito volver a creer en la gente. Necesito que te salgas para siempre de mis recuerdos, necesito que todo esto que escribí me sirva para sacarte definitivamente de mí, necesito que emigres de todos mis recuerdos y mi mente.
Me mataste, mataste toda ilusión y esperanza que pude llegar a tener. Mataste mis ilusiones, se me fue mucho tiempo en llorar, desperdicié muchos años en ti. La muerte del palomo me quedó chica, te fuiste y quedé con esperanza de tu regreso que nunca llegó. Estoy cansado de sufrir y de achacártelo, ni si quiera mereces eso, llevarte todo el crédito. A diferencia del palomo no voy a morir de soledad ni te voy a agradecer los recuerdos.
Adiós MH ya no te necesito, soy más fuerte que tú y te voy a hundir en mi mente como si fueras una pesadilla. Tu recuerdo no me sirve de nada, sólo para acordarme del daño que me hiciste. Te aprovechaste de mí, me trataste como a tu peor enemigo, como si me odiaras, como si me hubiera merecido todo lo que me hiciste. Pero eso se acabó, ya no vives en mí, ya eres una persona más, y si puedo verte como un desconocido lo haré. Tu recuerdo queda en libertad para que alguien lo tome y lo guarde si quiere, a mí ya no me sirve, me aferré más de 10 años a él soñando que cambiarías y pudiéramos estar juntos como siempre quise, pero ya no quiero. Me arranqué las alas de cartón que me diste para volar, prefiero ester bien sobre la tierra que volando entre mentiras y sinsabores contigo. No vales la pena.
Estoy contento con este final, a final de cuentas salí ganado, conocí a mucha gente que si hubiera seguido contigo no hubiera conocido. Ahora me quiero más y sé lo que merezco, lo que necesito y lo que quiero, y tú no entras en ninguna de esas. Creo que te pude vencer, pude vencer todo el resentimiento que sembraste en mí, tu manera de desquitarte conmigo de lo que te habían hecho antes. Yo sé que tu plan no era hacerme daño, pero igual lo hiciste, solamente quiero que sepas que no me lograste vencer y que gracias a ti nadie podrá vencerme.
Encontré este pensamiento que se llama Adiós:
Hoy te he dicho adiós casi sin hablar, sin más despedidas.
Hoy le he dicho adiós a tu corazón, y ni se ha enterado.
Hoy he despedido tu cariño equivocado, tus abrazos apagados y tus besos sin sabor.
Hoy he decidido que amaré y que no es contigo, pues perdiste mi cariño y no sabes de dolor.
Hoy mi corazón gana intensidad en cada latido.
Hoy tu maldición ha quedado atrás no viene conmigo.
Hoy me he liberado de esperar lo inesperado, del deseo inacabado de que él fueras tú.
Hoy he comprendido que anduvimos dos caminos, tú en el tuyo, yo en el mió, ¿cuanto hará que fue el adiós?
Hasta nunca MH, ya no te necesito.