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La muerte del Palomo 1
Que padre era ese sentimiento que me estaba llenando, que me estaba haciendo sentir la vida, uno de los mejores regalos que me ha dado en la vida. Me sentía invencible, confiado, seguro de mí mismo, importante, querido, necesitado, apoyado, fuerte, feliz, con una sonrisa eterna en los labios. Entendí que por un sentimiento así es por lo que vinimos a la vida, entendí que la gente puede morir de amor, entendí que el mundo gira mejor con este sentimiento, entendí que se puede matar para mantener vivo el sentimiento, entendí que es un sentimiento que no se puede quitar tan fácil, entendí que el corazón (o el órgano que nos haga sentir) es mucho más fuerte que la razón, entendí los celos, entendí las inseguridades, entendí que una sola persona se pueda convertir en tu mundo entero, entendí lo que es pensar en alguien las 24 horas del día los 365 días del año, entendí lo que era un amor puro y desinteresado, entendí que el sentimiento no muere ni se transforma, se queda como fue, por lo menos en mi caso.
Mis papás empezaron a sospechar que algo raro estaba pasando entre MH y yo ya que me preguntaban mucho porque había dejado de ver a mis otros amigos y únicamente estaba pegado a MH todo el día quedándose o quedándome a dormir en su casa más de 1 vez por semana, a lo que yo les contestaba que no era su problema, que ya estaba grande y podía decidir con quien pasar mi tiempo antes de entrar a la universidad. Empezaron a limitarme los permisos, no me prestaban el coche y me dejaron de dar dinero. Lo de los permisos me valía me salía de mi casa y si me decían algo no llegaba a dormir o muchas veces mi mamá me tapaba para que mi papá no se diera cuenta que andaba “de vago con mis amigos”. Por el coche ni me preocupaba porque MH tenía y pasaba por mí o me iba a casa de algún amigo que viviera cerca caminando y ahí nos veíamos. Lo del dinero era yo creo lo que más me dolió porque tuvimos que dejar de ir al cine, escaparnos a Cuernavaca, salir en las noches con los amigos, ir a cenar los 2 solos, así que tuvimos que improvisar, cenábamos en su casa y veíamos películas, le leía o me leía un libro, platicamos mucho, fue la época de mi vida en la que tuve más verborrea.
Una vez hicimos una como pijamada en su casa él, otra amiga y yo. Hablé a mi casa para avisar que no iba a llegar a dormir, mi papá se puso súper pesado y no me dejó, entonces llegué a mi casa a las 4 a.m., me acosté vestido en la cama y a las 7 a.m. me salí de mi casa, mi mamá se despertó y me preguntó que a donde iba, le dije que ya había dormido ahí y que ya me iba que no estuviera molestando.
Mis papás se dieron por vencidos, se dieron cuenta de que hicieran lo que hicieran yo iba a seguir haciendo lo que quisiera, me volvieron a dar dinero y me regresaron los permisos, no sin antes un sermón “ya estás grande, tú sabes lo que haces y confiamos en ti y en tu juicio, no hagas tonterías ni cosas de las que te puedas arrepentir”. Venga pues con o sin permiso ya estábamos en el camino.
Los papás de MH nunca se metieron en nada, los señores vivían en Cuernavaca y aquí vivían MH y su hermana. Yo con la hermana tenía una relación increíble platicábamos mucho y teníamos muchas cosas en común. Me decía que si yo tuviera 10 años más se casaría conmigo, sentimiento al cual yo correspondía con mucho cariño y respeto. Ella no tenía novio y muchas veces, cuando no se iba a Cuernavaca a ver a sus papás, se quedaba con nosotros, situación que a mí nunca me molestó pero a MH sí ya que había veces que no quería que estuviera con nosotros.
Llegó el día en el que tenía que pasar más allá de los besos y las caricias, yo moría de miedo ya que era virgen y no sabía lo que era. La educación cristiana nos enseñó a que no podíamos masturbarnos, que no estaba bien, entonces pues siempre le hice caso y cuando dejé de ser cristiano nunca me masturbé porque no sabía ni que era. Películas pornográficas vi muchas veces pero nunca relacioné una cosa con otra. Con las novias que había tenido nunca pasaron las cosas de besos y fajes. Con JM lo mismo, nunca llegamos ni siquiera a una masturbación juntos.
Pasó con MH lo que tenía que pasar, fue una experiencia rara pero chingona, sí fue con mucho sentimiento y cariño de uno hacia el otro, pero eso hizo que yo me enamorara más, mucho más de lo que me podía imaginar. Empecé a tener miedo de todo, de perderlo todo, de quedarme solo, de no vernos 1 día, en fin miedo hasta de la gente que lo veía en algún lugar. Le dije lo que me pasaba y me dijo que no me preocupara, que me amaba y que eso pasaba cuando te enamorabas la primera vez. ¡¡¡¡¿¿¿¿QUE???? ¿¿¿CÓMO QUE LA PRIMERA VEZ???!!!! Sus palabras me cayeron como balde de agua fría pero nunca me atreví a preguntarle nada.
Entré a la universidad, entré a estudiar Actuaría y entre las tareas y la escuela cada vez podía ver menos tiempo a MH, él se metió a trabajar a una cafetería y cuando podía iba a visitarlo, cosa que no le gustaba porque lo distraía y no quería que la gente se diera cuenta de lo nuestro. Nos veíamos pero yo empecé a sentirlo distante, a sentir que todo era más importante que verme o hablarme por teléfono, si decía que me llamaba a las 4 podían pasar varias horas y no llamaba, a veces pasaba hasta un día y no sabía de él, esa situación me ponía muy nervioso e inseguro.
Un día estábamos platicando y le pregunté que si había estado enamorado antes. Me dijo que no que yo era la primera persona de la que se enamoraba y con la que andaba. Me tranquilizó y me dio mucho gusto haberle preguntado. Las cosas empezaron a ir bien de nuevo, rutinario pero bien.
¿Por qué preguntamos cosas de las que no queremos saber la respuesta? Pasaron 2 días desde que le pregunté lo que le pregunté. Me llamó por teléfono y me dijo que teníamos que hablar que llegaba a mi casa a las 8 de la noche porque tenía que decirme algo. Llegó a las 8 en punto nos metimos a mi cuarto y me dijo que me había mentido y que no podía seguir así. Me contó que yo no era el primero en su vida, que había existido alguien del cual se había enamorado mucho, no recuerdo su nombre, yo creo que lo bloqueó mi mente, pero aquí lo llamaré HP. Me dijo que era 12 años más grande que nosotros (tenemos la misma edad, yo soy 5 meses mayor que él), que habían andado cuando MH tenía 16 años y HP 28, que era su vecino y que lo seguía siendo, que habían durado 2 años (me parece) y que lo había querido mucho. Yo no supe que hacer, sabía que no podía competir con alguien 12 años más grande que yo, me sentía desesperado, entre la espada y la pared, estaba en arenas movedizas, no lo quería perder pero tampoco quería que me lastimara. Él me dijo que me quería a mí, que él solo era una persona de su pasado, no más.
Estuve pensando mucho que hacer, dejé de poner atención en clase o simplemente no entraba o no iba a la escuela. ¿Qué podía hacer? Dejar que las cosas se fueran a la fregada o seguir adelante.
Decidí que las cosas no podían terminar ahí, que tenía que luchar por eso, no podía dejar que un fantasma acabara con lo nuestro. Le llamé por teléfono, le dije q iba a su casa y que teníamos que hablar, le dije lo que decidí y estuvo de acuerdo me dijo que quería que lucháramos por eso que teníamos y que no se lo llevara alguien de su pasado.
Me salí de la carrera de Actuaría en octubre, no me gustó y mi papá me ofreció un viaje a Europa durante todo el tiempo que restaba del año, yo acepté y me fui a principios de noviembre. MH me grabó un cassette con canciones nuestras, el cual cada vez que escuchaba lloraba. Hablamos por teléfono por lo menos 2 veces por semana y no pude dejar de pensar en él ni un solo segundo, era mi primer pensamiento en la mañana y el último en la noche. Fue muy difícil estar tan lejos.
Un día hablamos por teléfono y me dijo que se iba a vivir a Cancún en diciembre y regresaba hasta mayo. A mi me faltaban 4 semanas para regresar, pero yo ya quería q terminaran, ya no podía seguir allá sin verlo. Le dije que me iba con él a Cancún, que me regresaba en 5 días o menos. Me dijo que él se adelantaba para buscar donde pudiéramos vivir y que me veía allá.
Me fui corriendo a la agencia de viajes y cambié mi boleto, ¡necesitaba estar en México! Hablé a mi casa y les dije a mis papás que me regresaba antes de lo planeado porque ya me había quedado sin dinero y no quería estar pasando hambres.
Agarré mis chivas y me regresé, no pude aguantar más. Cuando llegué hablé con MH y ya estaba en Cancún, me dijo que ya estaba buscando un lugar para vivir los 2. Que le hablara en 3 días más para decirme si ya había encontrado. En cuanto dejamos de hablar, llamé a Aeroméxico y compré mi boleto para 5 días después, yo tenía dinero ahorrado y me sobró también dinero del viaje a Europa porque me regresé antes. Les comuniqué a mis papás mi decisión y no les quedó de otra que desearme lo mejor. Le llamé a MH y le dije que se apurara a encontrar donde vivir, que en 5 días llegaba y no podíamos quedarnos en un hotel por el precio.
Llegó el día, el día que me fui, el día que empecé a vivir una vida de adultos, viendo por mí y por mi wey. Con lágrimas me despedí de mis papás y de mis amigos, no sabía cuando iba a regresar o si quería regresar, nervioso me subí a mi avión y emprendí una de las aventuras que, sin saber, cambiaría mi vida.
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